20 junio 2022

Un sábado por Las Palmas

Ir en autobús desde Playa del Inglés hasta la capital de la isla, Las Palmas, es sin duda lo mejor que se puede hacer: bastante rápido por la autovía y muy bien de precio, con la comodidad de llegar a la estación de "guaguas" y no tener que complicarte en buscar aparcamiento. La compañía que realiza el transporte se llama Global.

Hay dos estaciones principales: la primera viniendo desde el sur es la Estación Central de Autobuses, junto al Parque San Telmo, ideal para recorrer todo el casco antiguo. La segunda, algo más alejada del centro urbano, es la de Santa Catalina, donde viene mejor bajarse si tu intención es disfrutar de un rato de playa en Las Canteras.

Nada más bajar del autobús, en el mismo Parque San Telmo hay una Oficina de Turismo (en la esquina contraria a donde está el café-quiosco modernista), donde te informan acerca de lo más interesante que visitar y te proporcionan un plano de la ciudad. Continuando hacia la izquierda, la calle Mayor de Triana es una zona comercial donde están las principales tiendas, de marcas conocidas. Hay mucha animación debido a la abundancia de terrazas y restaurantes a lo largo de todo el barrio.

Café-quiosco modernista
Claustro de la Catedral
La Catedral de Santa Ana se caracteriza por una mezcla de estilos (gótico, renacentista, barroco y neoclásico), con una pizca de influencia canaria. Destaca su amplio y luminoso interior y el Patio de los Naranjos. Se puede subir a la torre campanario, desde donde se obtienen unas inmejorables vistas del casco antiguo.


Junto a la Catedral está la famosa Casa de Colón, una de las casas más antiguas de Las Palmas, y que probablemente albergó a Colón cuando visitó la isla, a finales del siglo XV. Es un bello ejemplo de arquitectura canaria antigua.


01 mayo 2022

GRAN CANARIA, UN PARAÍSO POR DESCUBRIR

Mientras preparaba mi viaje a Gran Canaria, no imaginaba la grata sorpresa que me iba a llevar con esta isla. No sólo por la cantidad de lugares interesantes que se pueden visitar, sino también por la increíble belleza de sus paisajes.

Es una isla de enormes contrastes, desde la exuberante vegetación y las montañas del interior hasta la aridez de la costa oriental, especialmente el tramo que hay entre Playa del Inglés, donde me alojaba, y Las Palmas. Elegí alojarme en el sur, en Playa del Inglés, por dos motivos principales: asegurarme de poder disfrutar  de un tiempo soleado, ya que en el norte abunda la nubosidad, y tener una oferta de ocio más amplia que en otras zonas de la isla, que suelen ser bastante más tranquilas. Tuve suerte con ambas cosas, aunque hay que tener en cuenta que fui a primeros del mes de junio, cuando todavía no hay demasiada gente y se puede aparcar con facilidad. Imagino que los meses de julio y agosto estará todo mucho más masificado, como en todas partes.

Ahí va un pequeño aperitivo de lo que ha sido mi viaje a Gran Canaria...

Barranco de Guayadeque

09 diciembre 2019

Mañana de domingo en Gante (II)

Después de pasear por la zona del Ayuntamiento, la siguiente parada obligada ha sido el Castillo. Aunque no he llegado a visitar su interior, merece la pena pasear por la muralla ya que está muy bien conservado.
Justo enfrente del castillo se halla la antigua Lonja de Pescado, que en la actualidad alberga la Oficina de Turismo y una cafetería-restaurante. Y en ese mismo barrio está también la antigua Lonja de Carne, donde también hay ahora un restaurante. Resulta un lugar bastante original, con jamones colgando del techo.
Es una zona bastante tranquila, donde se puede pasear entre canales y fotografiar rincones con mucho encanto. Para descansar un rato y reponer fuerzas, nada como tomar un menú de sopa caliente con su guarnición, dos panecillos típicos belgas y una mandarina... ¡por el módico precio de 4 €! El sitio está justo al lado de un canal y se llama Souplounge, todo un descubrimiento.
Y para rematar la jornada en Gante, antes de volver a Bruselas, asistir a un concierto de música de cine interpretado por la European Philarmonian... sin duda, el mejor colofón para una amante del cine y de la música clásica.

Mañana de domingo en Gante (I)

Si ayer reconozco que me aturullé un poco con tanta gente comprando en Brujas, hoy sin embargo he disfrutado de una mañana tranquila y relajada por Gante. El domingo es lo que tiene, casi todo el comercio permanece cerrado durante su merecido descanso semanal.
Así que he madrugado y, tras un rico desayuno, me he dirigido al centro, más concretamente a la llamada "zona de las tres iglesias". Como la catedral estaba cerrada, con su bella torre en proceso de restauración, he subido a lo alto de la Torre Belfort, desde donde se obtienen unas increíbles vistas de Gante. Una curiosidad: allí mismo se puede ver el dragón original que estaba encima de la torre, y que en fiestas escupía fuego por la boca.
Justo al lado de la Torre Belfort se halla la iglesia de San Nicolás, preciosa por dentro y por fuera. Un poco más adelante se llega al edificio que alberga el Ayuntamiento, cuya fachada gótica es impresionante.

07 diciembre 2019

Brujas en Navidad... un cuento de hadas

Una vez en Brujas, se puede ir andando hasta el centro ya que hay un sendero bien señalizado, y cuesta unos quince minutos. La otra alternativa es coger un autobús que pone "Centrum" en la misma puerta de la estación de trenes.
Hoy estaba lleno de turistas debido al puente de la Inmaculada (españoles por todas partes), a la proximidad de las fiestas navideñas, y el hecho de ser sábado también ha influido bastante. El ambiente de la Marktplatz era increíble, con sus puestos del mercadillo de Navidad.
Aunque es mucho más interesante perderse por las callejuelas de Brujas y descubrir rincones que parecen sacados de la época medieval. Hay turistas que prefieren pasear en calesa, otros dan una vuelta en barca por los canales... todo vale para lograr esa ansiada foto que nadie tiene.

Excursión a Brujas

Lo primero que he hecho esta mañana, nada más desayunar, ha sido coger el metro para ir a ver el famoso Atomium. Está en las afueras y, por lo que me han comentado, no vale la pena entrar, aunque el simple hecho de llegar, verlo por fuera y hacerle un par de fotos... creo que sí ha merecido la pena.
A media mañana he ido en tren a Gante, mi segunda etapa del viaje. Por lo que he podido comprobar, viajar en tren por Bélgica es rápido, sencillo y bastante barato. Además, si has impreso el billete por Internet, no es necesario validarlo antes de subir como ocurre en otros países, sólo hay que mostrarlo al revisor cuando lo pide.
En Gante he estado una hora, el tiempo justo para hacer el check-in en el hotel, dejar la maleta en la habitación y hala, de nuevo a la estación a coger el tren a Brujas.
En total, han sido trayectos cortos: Bruselas-Gante, unos 40 minutos, y Gante-Brujas, 25 minutos, a una media de 8 € cada viaje de ida y vuelta. Y lo mejor, sin duda, el paisaje. Esas campiñas tan verdes salpicadas de casitas típicas belgas con su iglesia de tejado de pizarra... Très jolie!

Atomium de Bruselas

06 diciembre 2019

Bruselas... ¿quién dijo frío?

Plato típico belga





Iluminación navideña
   Aún no he visto Bruselas de día, pero la verdad es que me ha encantado conocerla de noche. Los edificios cuentan con una muy buena iluminación y merece la pena perderse entre la gente, sin dejar de mirar hacia arriba.
Sin duda, la Grand Place es una de las plazas más bellas del mundo, sobre todo si te gusta tanto el estilo gótico como a mí, y no me refiero a las hijas de Zapatero...
Además, con la sorpresa añadida del cambio de color de la iluminación al compás de la música, que tiene lugar cada media hora, para gozo y disfrute de todo aquel que pasea por la Gran Place a esas horas.
En cuanto al frío, no hay mejor manera de hacerle frente que tomando un vino caliente ("vin chaud" como lo llaman aquí) en alguno de los puestos navideños que hay por la calle. Y para rematar, una buena taza de chocolate caliente acompañado de un goffre.
Eso para los más golosos... Yo he preferido sentarme a degustar el plato típico belga: mejillones al vapor con patatas fritas. Curioso, ¿verdad? Ahí os dejo una foto para los incrédulos. Y ahora a dormir, que mañana madrugo para acercarme en metro hasta el Atomium antes de irme a Gante, siguiente visita del viaje.