Al amanecer lloviendo en Viana do Castelo, después de desayunar en el hotel decido irme a Braga en autobús. La estación de autobuses de Viana está junto a la de trenes, en el sótano de un centro comercial bastante grande.
Nada más llegar a Braga, me dirijo al centro histórico, donde destaca el ambiente turístico propio del mes de agosto. Hay bastantes iglesias que visitar en el centro, en su mayoría barrocas, pero sobre todas ellas destaca la Catedral, en la que se puede visitar también el claustro.
Para comer bien no es necesario gastarse mucho, en casi todos los restaurantes ofrecen dos o tres "platos del día" o "platos económicos". Y para tomar un café, lo mismo, te cobran 0,65 € por un cortado (en portugués, "pingo") en terraza, con wifi gratis, y si además se pone enfrente un violinista callejero... no se puede pedir más.
Otro rinconcito bastante animado es la Plaza da República, desde la cual arranca la Avenida da Liberdade, llena de macizos de flores rojas y amarillas. Pero si lo que se busca es pasear tranquilamente, mejor adentrarse por las callejuelas que rodean el centro histórico.
Para una visita más extensa, se puede llegar hasta el Santuario do Bom Jesus, un auténtico lugar de peregrinación para muchos fieles, desde el cual se obtienen unas espectaculares vistas. Otra opción es el Monasterio de Tibaes, aunque de menos importancia que el Bom Jesus.
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